Puerto Rico’s solar boom: A bilingual reporting project
Series contents
- Puerto Ricans are powering their own rooftop solar boom
- Los puertorriqueños están impulsando el auge de energía solar en la isla
- Chart: Here’s how much rooftop solar is surging in Puerto Rico
- Gráfico: La energía solar en Puerto Rico sigue creciendo
- Podcast: The tension over Puerto Rico’s energy future
- Video: Weather Channel spotlights Canary coverage of Puerto Rico solar surge
- How Puerto Rico could call on rooftop solar to avoid blackouts
- Como la energía solar en Puerto Rico puede ayudar a evitar apagones
- Solar is lifeline in Puerto Rico after Hurricane Fiona knocks out power
- La energía solar es un salvavidas en Puerto Rico en medio del Huracán Fiona
- Puerto Rico’s solar users are still among ‘fortunate few’ with power
- Podcast: Puerto Rico’s preventable grid disaster
- Puerto Rico’s first community-led microgrid is ready to launch
- La primera microrred comunitaria de Puerto Rico está lista para conectarse
Leer este artículo en español.
Listen to a Carbon Copy podcast about this story.
CAGUAS, Puerto Rico — A bright yellow building with bold green trim hums with activity in Caguas, a city sprawled across a mountain valley south of San Juan, Puerto Rico. In a spacious kitchen, volunteers chop vegetables and cook rice for community meals. Down the hall, visitors browse racks of free and discounted produce, canned beans and bottles of oil. Outside, beneath a large metal awning, retirees soak in calming music as they take part in a stress-relief workshop.
The community services on offer here at the Centro de Apoyo Mutuo, or Mutual Support Center, are made possible by the 24 solar panels mounted on the rooftop. Two lithium-ion batteries the size of suitcases are kept in a windowless storage room, allowing the center to stay open on cloudy days and in the evenings. The building doesn’t use any electricity from the utility grid.
Nearly five years ago, after Hurricane Maria tore a path of devastation across the U.S. territory and all but destroyed Puerto Rico’s electricity system, residents in Caguas reclaimed what had for decades been an abandoned Social Security office. They ripped out moldy carpet, scrubbed the walls and began providing food and supplies to neighbors.
“This was a space that wasn’t serving the people, and now the community has taken it over,” Marisel Robles, one of the center’s organizers, says on a muggy day in early May, just weeks before the start of the next Atlantic hurricane season.
Robles guides me up a thin metal ladder to the rooftop of the one-story building, pushing aside tree branches sagging with brown seed pods. Saúl González, a volunteer and local solar installer, joins our expedition. The three rows of solar panels form a “mosaic” of different makes and models, all of them donated by nonprofit organizations, he explains.
By Maria Gallucci .
Traducción por Maria Virginia Olano
CAGUAS, Puerto Rico — Un edificio de color amarillo brillante con molduras verdes bulle con actividad en Caguas, una ciudad que se extiende sobre un valle montañoso al sur de San Juan, Puerto Rico. En una cocina espaciosa, los voluntarios cortan verduras y cocinan arroz para las comidas comunitarias. Al final del pasillo, los visitantes examinan estantes de frutas y verduras, frijoles enlatados y aceite de cocina que se ofrecen gratuitos o con descuento. Afuera, debajo de un gran toldo de metal, los jubilados se sumergen en música relajante como parte de un taller para aliviar el estrés.
Los servicios comunitarios que se ofrecen aquí en el Centro de Apoyo Mutuo son posibles gracias a los 24 paneles solares instalados en la azotea. El edificio no utiliza electricidad de la red pública, pero tiene almacenadas dos baterías de iones de litio, las cuales permiten que el centro permanezca abierto y con energía en días nublados y por la noche.
Hace casi cinco años, después de que el huracán María devastara el territorio de EE. UU., casi destruyendo su sistema eléctrico, los residentes de Caguas recuperaron lo que había sido, durante décadas, una oficina abandonada del Seguro Social. Arrancaron la alfombra mohosa, fregaron las paredes y comenzaron a suplir alimentos y suministros a los vecinos.
“Era un espacio que no servía a la gente, y ahora la comunidad se ha apoderado de ello”, dice Marisel Robles, una de las organizadoras del centro, en un bochornoso día a principios de mayo, pocas semanas antes del inicio de la próxima temporada de huracanes en el Atlántico.
Robles me guía por una escalera de metal delgada apartando las ramas de los árboles con vainas de semillas marrones, hasta llegar a la azotea del edificio de una planta. Saúl González, un voluntario e instalador solar local, se une a nuestra expedición. Las tres filas de paneles solares forman un “mosaico” de diferentes marcas y modelos, todos donados por organizaciones sin ánimo de lucro, me explica González.
Canary Media’s chart of the week translates crucial data about the clean energy transition into a visual format. Canary thanks Natural Power for its support of this feature.
Nearly five years after Hurricane Maria slammed into Puerto Rico, the island’s centralized electricity system remains plagued with problems. Fed up with routine outages, sweeping blackouts and damaging voltage surges, many Puerto Ricans are forging their own path to energy security, as Canary Media reports in an in-depth feature this week. Residents had installed more than 315 megawatts of cumulative rooftop solar capacity as of the beginning of 2022 — without much encouragement from the government or utility.
Some 42,000 solar installations were connected to the grid as of this January — more than eight times the number at the end of 2016, the year before hurricanes Irma and Maria struck the island, according to a recent analysis.
That figure only includes projects enrolled in net metering, a program under which the utility pays households and businesses for the clean electricity their solar panels provide to the main grid. Thousands more projects have enrolled since January or are in the process of enrolling. And thousands of additional systems are operating but aren’t counted in the official statistics because they don’t participate in net metering, energy experts say. Often, people decide the permitting process and lengthy wait times aren’t worth the hassle.
“We call this an energy insurrection, or the bottom-up movement to transform our energy landscape,” says Arturo Massol Deyá, a professor at the University of Puerto Rico’s Mayagüez campus and the executive director of Casa Pueblo, a nonprofit organization.
Massol Deyá co-authored the recent analysis of net-metering customers in Puerto Rico, which primarily uses data from the U.S. Energy Information Administration. The report, released late last month, also uses data from Luma Energy, the private Canadian-U.S. consortium that operates Puerto Rico’s publicly owned transmission and distribution system.
About 70 percent of the total rooftop solar capacity is installed on people’s houses. That’s enough to meet about 5.5 percent of the residential sector’s overall electricity demand in Puerto Rico, the analysis found.
Traducción por Maria Virginia Olano
Los gráficos semanales de Canary Media traducen datos cruciales sobre la transición a la energía limpia en un formato visual. Canary le agradece a Natural Power por su apoyo en esta serie.
Casi cinco años después del huracán María, la red eléctrica centralizada de Puerto Rico sigue plagada con problemas. Hartos de cortes rutinarios, apagones generalizados y aumentos de voltaje dañinos, muchos puertorriqueños están forjando su propio camino hacia la seguridad energética, una transición que Canary Media cubrió en un artículo esta semana. A principios de este año, los residentes habían instalado más de 315 megavatios de capacidad solar distribuída en Puerto Rico, y lo lograron sin mucho apoyo del gobierno o de la empresa de servicios públicos.
Unas 42.000 instalaciones solares fueron conectadas a la red en enero de 2022, más de ocho veces la cantidad que había a fines de 2016, el año anterior a que los huracanes Irma y María azotaran la isla, según un análisis reciente.
Esa cifra sólo incluye proyectos inscritos en la medición neta, un programa bajo el cual la empresa de servicios públicos paga a los hogares y empresas por la electricidad limpia que sus paneles solares proporcionan a la red principal. Miles de proyectos más se han inscrito desde enero, o están en proceso de inscripción. Y miles de sistemas adicionales están operando pero no se cuentan en las estadísticas oficiales porque no participan en la medición neta, dicen los expertos en energía. A menudo, las personas deciden que el proceso de permisos y los largos tiempos de espera no valen la pena.
“Llamamos a esto una insurrección energética, o el movimiento de abajo hacia arriba para transformar nuestro panorama energético”, dice Arturo Massol Deyá, profesor del recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico y director ejecutivo de Casa Pueblo, una organización sin ánimo de lucro.
Massol Deyá es coautor del reciente análisis de clientes de medición neta en Puerto Rico, que utiliza principalmente datos de la Administración de Información de Energía de EE. UU. El informe, publicado a fines del mes pasado, también utiliza datos de Luma Energy, el consorcio privado canadiense-estadounidense que opera el sistema de transmisión y distribución de propiedad pública de Puerto Rico.
Alrededor del 70 por ciento de la capacidad solar total en techos está instalada en hogares, suficiente para satisfacer alrededor del 5.5 por ciento de la demanda total de electricidad del sector residencial en Puerto Rico, según el análisis.
On The Carbon Copy podcast this week:
Nearly five years ago, Puerto Rico’s grid was decimated by Hurricane Maria. In the aftermath of the destruction, many hoped that Puerto Rico’s new grid could be built around solar and batteries instead of centralized gas, coal and oil plants connected via far-flung transmission lines.
But that’s not how the recovery played out. Today, Puerto Rico still relies heavily on centralized fossil fuels. Residents continue to experience protracted blackouts, and the island’s utility is still facing accusations of mismanagement.
But a bottom-up movement has emerged supporting tens of thousands of rooftop solar and battery installations. These systems are being installed with minimal support from the government.
Will this distributed energy help make Puerto Rico more resilient? Or will the island lock in more fossil fuels?
We’ll speak with Canary Media reporter Maria Gallucci, who just got back from a reporting trip there. Read her feature.
The Carbon Copy is a co-production of Post Script Media and Canary Media.
The Carbon Copy is supported by Nextracker. Nextracker’s technology platform has delivered more than 50 gigawatts of zero-emission solar power plants across the globe. Nextracker is developing a data-driven framework to become the most sustainable solar tracker company in the world — with a focus on a truly transparent supply chain. Visit nextracker.com/sustainability to learn more.
The Carbon Copy is supported by Scale Microgrid Solutions, your comprehensive source for all distributed energy financing. Distributed generation can be complex. Scale makes financing it easy. Visit scalecapitalsolutions.com to learn more.
By Canary Staff .
Canary Media made its cable TV debut last week when reporter Maria Gallucci joined a Weather Channel program to discuss her in-depth coverage of Puerto Rico’s rooftop solar boom. Gallucci sat down remotely with meteorologists Stephanie Abrams and Jordan Steele, who host the channel’s climate-focused weekday show Pattrn.
Nearly five years after Hurricane Maria devastated Puerto Rico and all but destroyed the island’s centralized electricity system, small-scale solar systems are taking off across the U.S. territory. With an eye toward this year’s Atlantic hurricane season, which officially started June 1, the three discussed how Puerto Ricans are becoming more resilient by producing and storing their own electricity at home — and how much work is still needed to keep the island’s 3.2 million residents from experiencing future crippling blackouts.
By Maria Gallucci .
Puerto Rico’s troubled electric grid was recently thrust into the national spotlight yet again — not because of an islandwide blackout, but over blistering remarks made by one of the world’s biggest pop stars. Puerto Rican musician Bad Bunny dubbed the grid the “worst electric system” and singled out its private operator, Luma Energy, during a concert in San Juan late last month. Only a week later, a major hospital in the capital city lost electricity for at least 16 hours, leaving patients and staff in the dark.
Puerto Rico continues to contend with a fragile electricity system nearly five years after Hurricane Maria battered the U.S. territory and all but destroyed its centralized grid. Despite billions of federal recovery dollars and post-hurricane repairs, residents still endure routine outages, widespread disruptions and soaring electricity rates.
The uncertainty has prompted many of Puerto Rico’s 3.2 million people to take matters into their own hands. Tens of thousands of rooftop solar arrays with backup battery systems operate across the island, allowing households and businesses to run their lights and appliances even when the grid goes down.
Now solar advocates say that there’s a way for the island’s state-run utility to help harness these resilient renewable systems and ease energy woes across the island.
After a series of delays, the Puerto Rico Electric Power Authority (PREPA) seems to be on the cusp of approving plans for the island’s first virtual power plant, potentially within the next month or so, according to local experts.
A virtual power plant (VPP) is a sprawling network of solar-and-battery systems that are remotely connected and controlled using software and digital communications networks. The idea is to use these many individual installations to help reduce power interruptions and fluctuations on the main electric grid that serves the wider population.
PREPA produces and procures the island’s electricity supply. (Luma Energy, the target of Bad Bunny’s scorn, operates the transmission and distribution system.) In February 2021, PREPA solicited proposals for 150 megawatts’ worth of virtual power plants as part of a larger solicitation for renewable energy and battery storage projects. Since then, the process has moved forward in fits and starts.
“Puerto Rico has this existing, constantly growing [energy] resource that could help prevent blackouts for everyone,” said Javier Rúa-Jovet, a leading proponent of VPPs and the chief policy officer for the Solar and Energy Storage Association of Puerto Rico, an industry group. “What we’re saying is to tap into that untapped resource.”
Transforming Puerto Rico’s grassroots solar surge
Virtual power plants are quickly catching on in the United States and worldwide as utilities grapple with stressed-out grids, and as the costs of clean energy technologies come down over time.
Broadly speaking, a VPP operator can direct individual power systems to simultaneously feed electricity directly to the grid whenever power is needed, such as during periods of high power demand. Ideally, by using lots of small systems right where people use electricity, utilities can offset or postpone the need to build large, monolithic power plants and long high-voltage transmission lines.
In California, energy companies are deploying solar-and-battery VPPs to help prevent rolling blackouts in a state wracked by intensifying wildfires, extreme heat and drought. In Australia, Tesla is working with regional governments to install solar arrays and Powerwalls on tens of thousands of homes for VPP programs. The startup AutoGrid, which makes VPP software, says it operates over 5,000 megawatts’ worth of projects in a dozen countries.
Puerto Rico’s own VPP efforts began in the wake of Hurricane Maria — and it builds on the grassroots surge in rooftop solar projects.
Traducción por Maria Virginia Olano
La problemática red eléctrica de Puerto Rico volvió a ser el centro de atención nacional, no debido a un apagón en toda la isla, sino a los comentarios críticos de una de las estrellas del pop más grandes del mundo. El músico puertorriqueño Bad Bunny calificó a la red eléctrica de la isla como el “peor sistema eléctrico” y acusó a su operador privado, Luma Energy, durante un concierto en San Juan a finales del mes pasado. Solo una semana después, un hospital central en la capital se quedó sin electricidad durante al menos 16 horas, dejando a los pacientes y al personal a oscuras.
Puerto Rico continúa lidiando con un sistema eléctrico frágil casi cinco años después de que el huracán María azotara el territorio estadounidense y casi destruyera su red eléctrica central. A pesar de los miles de millones de dólares federales de recuperación y las reparaciones posteriores al huracán, los residentes aún siguen enfrentando con apagones de rutina, interrupciones generalizadas y tarifas de electricidad altísimas.
La incertidumbre ha llevado a muchos de los 3,2 millones de habitantes de Puerto Rico a tomar medidas propias. Decenas de miles de paneles solares con sistemas de batería de respaldo operan hoy en azoteas a través de la isla, lo que le ha permitido que hogares y empresas puedan usar sus luces y electrodomésticos incluso cuando falla la red.
Ahora, los proponentes de la energía solar dicen que la empresa de servicios públicos estatal puede aprovechar estos sistemas de energía renovables y distribuídos para ayudar a aliviar los problemas energéticos en toda la isla.
Después de una serie de retrasos, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) parece estar a punto de aprobar planes para la primera planta de energía virtual de la isla, posiblemente dentro del próximo mes, según expertos locales.
Una planta de energía virtual (o VPP por sus siglas en inglés) es una red de sistemas solares y baterías que se conectan y son controlados de forma remota mediante software y redes de comunicaciones digitales. La idea es utilizar estas instalaciones individuales para ayudar a reducir las interrupciones y fluctuaciones de energía en la red eléctrica principal que sirve a la población en general.
La AEE produce y procura el suministro eléctrico de la isla. (Luma Energy, el objetivo del desprecio de Bad Bunny, opera el sistema de transmisión y distribución). En febrero de 2021, la AEE solicitó propuestas para plantas de energía virtual de 150 megavatios como parte de una solicitud más grande para proyectos de energía renovable y almacenamiento con baterías. Desde entonces, el proceso ha avanzado a trompicones.
“Puerto Rico tiene este recurso [energético] existente y en constante crecimiento que podría ayudar a prevenir apagones para todos”, dijo Javier Rúa-Jovet, uno de los principales defensores de las VPP y director de políticas de la Asociación de Energía Solar y Almacenamiento de Puerto Rico, una grupo de industria. “Lo que queremos es aprovechar ese recurso que no está siendo aprovechado”.
Transformando el auge de energía solar comunitaria de Puerto Rico
Las VPP se están imponiendo rápidamente en los Estados Unidos y en todo el mundo a medida que las empresas de servicios públicos se enfrentan a redes estresadas y los costos de las tecnologías de energía limpia continúan reduciéndose.
En términos generales, un operador de VPP puede dirigir los sistemas de energía individuales a alimentar electricidad directamente a la red siempre que se necesite energía, como durante los períodos de alta demanda de energía. Idealmente, mediante el uso de muchos sistemas pequeños de producción, como los de generación solar en azoteas, las empresas de servicios públicos pueden compensar o posponer la necesidad de construir grandes centrales eléctricas y líneas de transmisión de alto voltaje a larga distancia.
En California, las compañías de energía están implementando VPPs de energía solar y baterías para ayudar a prevenir apagones continuos en un estado agobiado por la intensificación de los incendios forestales, el calor extremo y la sequía. En Australia, Tesla está trabajando con los gobiernos regionales para instalar paneles solares y Powerwalls en decenas de miles de hogares para programas VPP. La startup AutoGrid, que fabrica software para VPPs, dice que opera proyectos de más de 5.000 megavatios en una docena de países.
Los esfuerzos de VPP de Puerto Rico comenzaron a raíz del huracán María, y se han impulsado por medio del aumento de los proyectos solares en los techos.
By Maria Gallucci .
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Just two days before the five-year anniversary of Hurricane Maria, Puerto Ricans received a brutal reminder of how vulnerable the island’s central electricity system remains. On Sunday, Hurricane Fiona slammed into the U.S. territory, bringing feet of rain and catastrophic flooding. All of the nearly 1.5 million utility customers initially lost power.
In a moment that was a bit too on the nose, Pedro Pierluisi, the governor of Puerto Rico, was briefing residents just ahead of Fiona’s landfall when the power suddenly went out in the conference room. Although service has since been restored to some customers and critical facilities like hospitals, it may take several days to fully restore power due to the “magnitude and extent” of the blackout, said Luma Energy, which operates the island transmission and distribution system.
Fiona is one of the most significant storms to hit Puerto Rico since Hurricane Maria made landfall on September 20, 2017, mowing down the island’s aging electrical infrastructure. Persistent power outages and damaging voltage surges have plagued the island since then, and the government’s efforts to rebuild a sturdy grid powered by renewable energy have moved slowly — and have stalled at times as the government pursues the buildout of more fossil fuel infrastructure.
By Maria Gallucci .
Traducción por Maria Virginia Olano.
Dos días antes del aniversario del huracán María, los puertorriqueños recibieron un brutal recordatorio de cuán vulnerable sigue siendo el sistema eléctrico central. El huracán Fiona azotó el territorio estadounidense el domingo con lluvias catastróficas, inundaciones y deslizamientos de tierra a través de la isla. Todos los casi 1,5 millones de clientes de servicios públicos se quedaron sin electricidad
En un momento profundamente irónico, Pedro Pierluisi, el gobernador de Puerto Rico, estaba en una rueda de prensa antes de que Fiona tocara tierra cuando de repente se cortó la luz. Desde entonces se ha restablecido el servicio eléctrico a instalaciones críticas como hospitales, pero aún puede tomar varios días restaurar la energía completamente debido a la “magnitud y el alcance” del apagón, dijo Luma Energy, el operador del sistema de transmisión y distribución de la isla.
Fiona es una de las tormentas más significativas que ha azotado a Puerto Rico desde que el huracán Maríatocó tierra el 20 de septiembre de 2017 y destruyó la infraestructura eléctrica del archipiélago. Desde entonces, la isla ha lidiado con cortes de energía y aumentos de voltaje. Los esfuerzos del gobierno para reconstruir una red eléctrica confiable y segura, alimentada por energía renovable han sido lentos y en ocasiones se han estancado cuando el gobierno ha favorecido la construcción de infraestructura para combustibles fósiles.
By Maria Gallucci .
Six days after Hurricane Fiona barreled over Puerto Rico, nearly 60 percent of the U.S. territory is still without power, and nearly a third of households lack running water, according to official data. On Friday, the U.S. National Guard began distributing emergency supplies of diesel after hospitals and supermarkets ran out of fuel for backup generators. Mudslides and heaps of debris continue to complicate recovery efforts.
Fiona — which arrived just days before the five-year anniversary of Hurricane Maria — brought renewed attention to Puerto Rico’s crumbling grid and the failure of government agencies and utility companies to build a more resilient electricity system. Energy experts and community organizers have urged officials for years not to build back the existing fossil-fuel-powered grid and invest instead in rooftop solar arrays, battery storage systems and microgrids to prevent more sweeping blackouts.
That investment has yet to happen, but in the meantime, business owners, residents and nonprofits are leading their own grassroots solar movement in Puerto Rico.
Tens of thousands of rooftop solar systems with batteries have been installed since 2017 when Maria all but destroyed the island’s electric grid and left people without power for weeks, months, and even more than a year in some places.
This week, those rooftop solar systems were put to the test for the first time as Fiona brought Category 1 winds and catastrophic flooding to the island of 3.2 million people.
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On The Carbon Copy podcast this week:
On September 18, almost exactly five years after Hurricane Maria wiped out Puerto Rico’s electric grid, another storm — Hurricane Fiona — pushed the island’s electric system to failure.
Earlier this year, we brought Canary Media reporter Maria Gallucci on the show to talk about Puerto Rico’s grid failures in the months and years after Hurricane Maria — and the boom in grassroots solar projects that has materialized in response.
She’s been reporting on Fiona’s aftermath. Unfortunately, it’s a similar story to what transpired after Hurricane Maria. Nearly two weeks after the storm, one-third of the island’s residents still don’t have access to power, and many are still lacking water.
But the storyline has changed for some. There are now tens of thousands more solar-plus-battery systems on the island, and some communities were able to keep the lights on as a result.
This week, we’re getting a post-Fiona update from Maria, delving into the storm’s impact on Puerto Rico’s grid system, why it’s still broken and how solar and batteries could help fix it. Check out her ongoing special series about the grassroots movement to adopt solar and batteries in Puerto Rico, including recent updates in the wake of Hurricane Fiona.
The Carbon Copy is a co-production of Post Script Media and Canary Media.
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By Maria Gallucci .
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After Hurricane Maria pummeled Puerto Rico in 2017, nearly destroying the island’s electricity system, residents in the mountainside town of Adjuntas devised a novel plan. Small shops near the central plaza would install rooftop solar panels. Rather than keep the clean energy for themselves, the businesses would store it in a communal battery bank, using wires and computer systems to connect the devices as if running their own electric utility.
Now, more than five years later, the Adjuntas “microgrid” is nearly ready to launch.
The project has become a high-profile example in Puerto Rico of how residents are devising their own solutions to an electricity system that remains fragile and heavily reliant on imported fossil fuels. Should the island’s main grid go down again — as it did for many months after Hurricane Maria — the shops in Adjuntas will be able to stay open without having to run costly, polluting diesel generators. Neighbors can still buy food and medicine, and they’ll have a place to refrigerate insulin and charge electronics after the next disaster.
In recent weeks, technicians finished installing the 1-megawatt-hour battery storage system, which will tie together 14 businesses and two apartment buildings surrounding the palm-tree-studded plaza. The Adjuntas microgrid is currently undergoing field testing to make sure it can properly draw, store and distribute power from more than 200 kilowatts’ worth of solar panels scattered across the buildings.
“This is something that we can feel extremely proud of,” said Arturo Massol Deyá, the executive director of Casa Pueblo, the community organization that’s spearheading the initiative.
On Saturday, Casa Pueblo will lead a march to both commemorate the microgrid’s launch and urge leaders to develop similar projects across the U.S. territory. Joining the parade will be members of the Honnold Foundation, which has invested about $2 million in the microgrid, and the engineers who worked on the project, including some from the University of Puerto Rico’s Mayagüez campus and Oak Ridge National Laboratory in Tennessee.
“We want to celebrate our achievement in a way that advocates for energy security for everyone in Puerto Rico, not just in Adjuntas,” Massol Deyá told Canary Media. “Energy should be in the hands of the people and of the community itself.”
By Maria Gallucci .
Traducción por Maria Virginia Olano
Después de que el huracán María azotara a Puerto Rico en 2017, casi destruyendo el sistema eléctrico de la isla, los residentes de la ciudad montañosa de Adjuntas idearon un plan novedoso para resguardar su futuro energético. Pequeñas tiendas cerca de la plaza central pondrían paneles solares en los techos, pero en lugar de utilizar la energía directamente, la almacenarían en un banco de baterías comunales, con cables y sistemas informáticos conectando los dispositivos, actuando como si fueran una pequeña empresa de servicios públicos.
Ahora, más de cinco años después, la “microrred” de Adjuntas está casi lista para su lanzamiento.
El proyecto se ha convertido en un ejemplo de alto perfil en Puerto Rico de cómo los residentes están ideando sus propias soluciones frente a un sistema eléctrico que sigue siendo frágil y depende en gran medida de combustibles fósiles importados. Si la red principal de la isla vuelve a fallar, como sucedió durante muchos meses después del huracán María, las tiendas en Adjuntas podrán permanecer abiertas, sin tener que utilizar costosos y contaminantes generadores de diesel. Los vecinos podrán comprar alimentos y cargar dispositivos electrónicos, y tendrán un lugar para refrigerar medicamentos esenciales como la insulina después de un desastre o apagón.
En las últimas semanas, los técnicos terminaron de instalar el sistema de batería con capacidad de 1 megavatio-hora, que unirá 14 negocios y dos edificios de apartamentos que rodean la plaza central. La microrred de Adjuntas se está sometiendo actualmente a pruebas para asegurarse de que pueda extraer, almacenar y distribuir correctamente los más de 200 kilovatios de energía de los paneles solares.
“Esto es algo de lo que podemos sentirnos extremadamente orgullosos”, dijo Arturo Massol Deyá, director ejecutivo de Casa Pueblo, la organización comunitaria que encabeza la iniciativa.
El sábado, Casa Pueblo organizará una marcha para conmemorar el lanzamiento de la microrred y urgir a los líderes a desarrollar proyectos similares en todo el territorio. Se unirán al desfile miembros de la Fundación Honnold, que ha invertido alrededor de $2 millones de dólares en la microrred, y los ingenieros que trabajaron en el proyecto, incluidos algunos de la Universidad de Puerto Rico del campus de Mayagüez y el Laboratorio Nacional de Oak Ridge en Tennessee.
“Queremos celebrar nuestro logro de una manera que abogue por la seguridad energética para todos en Puerto Rico, no solo en Adjuntas”, dijo Massol Deyá a Canary Media. “La energía debe estar en manos de la gente y de la propia comunidad”.